miércoles, 24 de agosto de 2016

DE TISSA A MIRISSA

Nos levantamos a las 04:15 de la mañana. Hemos quedado con el conductor del jeep a las 04:45 para empezar nuestra excursión por el Parque Nacional de Yala. Anoche lo dejamos todo listo, porque tenemos que dejar libre la habitación a esta hora. Las mochilas las dejaremos en recepción y las recogeremos cuando volvamos sobre las 12. En el bar del hotel nos han preparado un mini-picnic con un sandwich, fruta y bebida para que nos llevemos para desayunar. 

Puntual, el jeep nos está esperando en la entrada del hotel poco antes de las 04:45. El coche está bastante bien, tiene capacidad para 6 personas, el grupo con el que vamos a hacer el safari. Desde el hotel a la entrada al parque hay aproximadamente unos 40 minutos. Sobre las 05:40 llegamos al parque y nada más llegar nos encontramos con un sinfín de coches más, listos para empezar el safari. Como hasta las 06:00 no se puede entrar al parque, nos ponemos en cola y esperamos a que abran. La parte del Parque Nacional que veremos es lo que se conoce como Yala West o Bloque I, el más visitado con 141 klómetros cuadrados. 

Durante el viaje por el país nos hemos encontrado a varias personas que nos habían dicho que habían prescindido de este safari porque era caro y porque habían hecho otros alrededor de Sri Lanka. Nosotros sí optamos por hacer la visita y, una vez hecha, podemos asegurar que merece la pena. Son  varias horas en la que ves un montón de animales y, aunque no hemos tenido la suerte de ver el leopardo, que es lo que más deseábamos, hemos visto chacales, cocodrilos enormes, búfalos, elefantes, ciervos, distintas especies de aves, elefantes, geckos, mangostas, monos y hasta uno de los 10 osos negros que hay en el parque. Además, durante el descanso de 20 minutos que tenemos para bajar del coche, hemos podido ver una de las playas que se vieron más afectadas por el gran tsunami de 2004.







Sobre las 12:00 ya estamos de regreso de nuevo al hotel, donde paramos 10 minutos para refrescarnos y tomar algo, recogemos las mochilas y ponemos rumbo hacia nuestro siguiente destino: ¡Mirissa!

Para ello, a las 12:30 cogemos un autobús local en una parada que hay cerca del hotel que va a Matara, donde llegamos a las 15:30. Allí tenemos que cambiar de autobús y coger otro que nos dejará en Mirissa, donde queremos pasar las tres próximas noches. De Matara a Mirissa hay media hora de reloj y hay autobuses que unen ambas ciudades continuamente.

Por suerte, nuestro hotel está a apenas 5 minutos andado de la parada de autobús, así que lo encontramos pronto. Hoy nos permitimos hasta una mini-siesta antes de salir a explorar la zona. El alojamiento que hemos elegido en Mirissa se llama Oasis Hotel Mirissa, el mejor en el que hemos estado en Sri Lanka. Son habitaciones que dan directamente a un jardín, todo está completamente nuevo, el baño es muy agradable, tiene wifi, y está muy cerca de la playa y de la parada de autobús que lleva tanto a Matara como, en dirección opuesta, a Unawatuna o Galle.

Sobre las 17:00 salimos a dar una vuelta y cuando se acerca la hora de cenar (bueno, cuando se acercan las 18:30-19:00) damos una vuelta por la playa, que está muy chula a esta hora de la tarde y buscamos un sitio donde comer. Elegimos uno de los varios chiringuitos que hay y cenamos un pescado en adobo y unos calamares en salsa con cerveza y un refresco, todo buenísimo. Al terminar regresamos al hotel dando un paseo por la carretera principal.

GASTOS DEL DÍA

- Hotel de Tissa (1 noche): 3.475 rupias
- Bus de Tissa a Matara: 145 rupias por persona
- Bus de Matara a Mirissa: 50 rupias los dos
- Cena en Mirissa en un chiringuito de playa: 2.550 rupias
- Agua: 40 rupias
- Coca-cola: 100 rupias

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