miércoles, 31 de diciembre de 2014

Ciudad romana de Jerash

Hoy regresamos a Doha en un vuelo que sale a las 16:00, pero antes nos queda una última visita: ¡Jerash¡

Una gran ciudad romana de la que se conservan aún un gran número de edificios y que resulta muy curiosa de ver si se dispone de unas horas. Queda aproximadamente a una hora en coche desde Ammán, y recorrerla no te llevará más de 2-3 horas, durante las que podrás ver el Arco de Adriano, el hipódromo, numerosos templos e incluso construcciones como el sistema de aguas que utilizaron los romanos en su día. 













Al abandonar la ciudad romana nos ocurre una anécdota de la que ahora nos reímos, pero que nos ha hecho pasar un momento de tensión extrema. Justo cuando íbamos a coger el coche para regresar a Ammán e ir al aeropuerto, nos encontramos con que el vehículo no arranca... ¡a tres horas de nuestro vuelo¡ 

Salimos a la desesperada buscando a alguien que nos eche una mano porque creíamos que era cosa de la batería y conseguimos parar a un jordano que nos ayuda hasta que descubrimos que no es cuestión de batería sino algo que desconocemos. El hombre, casi tan apurado como nosotros, se ofrece a llamar a la compañía de alquiler para pedir que manden a alguien a recogernos porque tenemos que coger un avión y el de la agencia de alquiler le responde que probemos de cerrar el coche y volverlo a abrir y ¡sorpresa¡ el coche esta vez sí arranca. 

El vehículo, automático, no había reconocido que estaba abierto y por eso no arrancaba. Para todo hay una primera vez y nosotros desconocíamos que algo así podía ocurrir con este tipo de automóviles.

Y así, entre nervios y prisas, se nos termina nuestra visita a Jordania, un país que hemos podido saborear poco tiempo, pero del que nos llevamos más que una buenísima impresión (por su comida, por la amabilidad de su gente y por sus lugares emblemáticos). Hasta siempre... 

martes, 30 de diciembre de 2014

De Petra al Mar Muerto

Hoy también madrugamos porque queremos aprovechar la mañana para terminar de ver lo que nos queda de Petra, comer algo y guardar algo de sol para ir al Mar Muerto a bañarnos (flotar).

Sobre las 09:00 de la mañana, una vez hemos dejado el hotel, regresamos a Petra y vamos a visitar otro de los imprescindibles: el llamado Lugar alto para el Sacrificio, al que como bien dice el folleto de Petra que te dar al entrar, se accede tras una dura pero estimulante escalada, durante la cual los turistas suben a través de peldaños escavados en la roca. Eso sí, una vez en la cima, el visitante se ve premiado con la espectacular vista de Petra a sus pies.




La zona nos atrapa y pasamos allí un buen rato antes de regresar a por el coche y poner rumbo al Mar Muerto.

Bañarte en el Mar Muerto tiene su qué, hay que elegir el lugar donde prefieres hacerlo. Para ello tienes que escoger entre los numerosos hoteles y complejos que ofrecen sus instalaciones para cambiarte y poder acceder a una playa privada desde donde podrás disfrutar de la experiencia previo pago de una determinada cantidad.

Nosotros elegimos Amman Beach. Es una instalación pública, que gestiona el gobierno, más económica (eso sí, los locales pagan una cifra simbólica mientras que los extranjeros tienen que abonar 20 JOD para poder acceder a la playa y usar los vestuarios y las duchas). Llegar en coche hasta aquí nos ha costado más tiempo del que hubiésemos querido, pero todavía tenemos cerca de una hora para poder disfrutar de este baño.

Una vez más, describir la sensación que experimentas al meterte en el agua es complicado. Zambullirte en el punto más bajo de la tierra es algo verdaderamente curioso: la alta concentración de sal y otros tantos minerales impiden que te hundas en el agua, por lo que lo único que puedes hacer es flotar. Y una vez sales, el agua queda "incrustada" en tu piel como si te hubieses metido en realidad ¡en un piscina de aceite!






Al salir del complejo, cogemos de nuevo el coche y ponemos rumbo a Ammán.  Hemos reservado un hotel donde pasaremos la noche para acercarnos mañana a la cercana ciudad romana de Jerash, al norte del país.


lunes, 29 de diciembre de 2014

¡PETRA!

07:30 Suena el despertador. Hemos dormido muy poco y estamos agotados, pero el deseo de ver Petra puede mucho más que cualquier cansancio, así que después de desayunar en el hotel donde nos alojamos, Petra by night, cogemos el coche hasta el complejo.

Nuestro hotel está como a unos 10 minutos en coche de Petra y fuera del recinto hay posibilidad de dejarlo aparcado durante todo el día en un gran número de plazas gratuitas. Nada más llegar, justo en la entrada, hay como un centro de visitantes donde tienes que comprar la entrada en función de los días que quieras acceder al complejo. Hay de un día, de dos días... Nosotros tenemos intención de pasar todo el día de hoy y un rato por la mañana del martes, así que compramos la entrada de dos días.

ENTRADA A PETRA 

- 1 día = 50 JOD
- 2 días = 55 JOD
- 3 días = 60 JOD

Visitar Petra podría llevarte días y días. Hay un sinfín de rutas y caminos entre los que perderte, pero si vas con el tiempo justo hay una serie de lugares imprescindibles que no debes perderte. Existe la opción de coger un camello, burro o incluso un caballo para moverse de un sitio a otro dentro de la ciudad nabatea, pero nosotros preferimos ir andando de un lado a otro.

La primera toma de contacto con Petra, justo después de el camino de entrada, es el Siq, un enorme desfiladero de 1.200 metros de longitud, antesala de la famosa fachada llamada El Tesoro de Petra, que te dejará sin palabras.











Recorrer el Siq por primera vez es mágico, pero aún te sorprende más si cabe cuando te descubre El Tesoro al final del camino. Describir lo que sientes en cuanto llegas allí es complicado, de repente te parece increíble que algo así pueda existir, una enorme fachada de 30 metros de ancho por 43 metros de alto que deja boquiabierto a todo aquel que la ve por primera vez...y por segunda, por tercera... Nunca terminas de creerte que algo así se haya podido levantar.

Como decíamos antes, como no teníamos mucho tiempo, decidimos ir primero a visitar otro de los imprescindibles de Petra que queda más lejos de la entrada, el llamado Monasterio.Se accede a través de un recorrido de 800 peldaños tallados en la roca, pero con vistas impresionantes durante la escalada. Parecido en su diseño al Tesoro, tiene su propia belleza y merece la pena el duro camino que hay que hacer para llegar a él.













Tras pasar un rato por los alrededores del Monasterio regresamos para seguir descubriendo otros rincones de Petra. Es de vuelta cuando vemos el Templo de los Leones alados y la calla columnada, y el templo de Qasr al Bint, el principal edificio de la capital nabatea y, según leemos, el único edificio independiente en Petra que ha sobrevivido a siglos de terremotos e inundaciones.



A la salida de Qasr al Bint nos dirigimos hacia las Tumbas Reales (Urna, del Palacio, y de Sextius Florentinus), unos enormes espacios excavados en la montaña para alojar antaño a los dignatarios nabateos.







Frente a las tumbas se puede ver también la calle de las fachadas y el teatro. Todo en Petra es impresionante, incluso perderse entre los senderos que hay detrás de las montañas y que te pueden llevar a sorpresas como, cuando llegamos al final de uno de estos caminos, poder ver El Tesoro desde arriba, lejos del bullicio de los visitantes.




Derrotados después de todo un día andando y por las emociones vividas, sobre las 17:00, cuando ya empieza a oscurecer, emprendemos el camino de vuelta. No cierran mucho más tarde y queremos aprovechar para cenar algo antes de volver al hotel a descansar.

A la salida de la ciudad de Petra hay numerosos locales donde puedes picar algo antes de regresar a
descansar.




domingo, 28 de diciembre de 2014

De camino a... ¡JORDANIA!

Navidades 2014 y nuevo destino: JORDANIA. Este fin de año hemos decidido pasarlo en Doha, Qatar, donde nos encontraremos con nuestra familia. Pero antes de que eso ocurra, tenemos casi tres días por delante libres, y hemos decidido hacer una visita relámpago a Jordania, un destino que nos atrae bastante y al que nunca habíamos encontrado la ocasión de visitar. Hasta ahora.

Salimos el sábado a mediodía de Madrid rumbo a Doha, donde haremos una escala de aproximadamente 11 horas para, al día siguiente, coger un vuelo destino Ammán, capital de Jordania. Una escala de 11 horas... que al final se convierten en 17 por un retraso en el vuelo. Suerte de unos sofás que encontramos en el aeropuerto nuevo de Doha que nos salvan la noche :-) Nunca habíamos cenado, desayunado y comido en un aeropuerto en un mismo día...

Al fin, a las 17:30 del domingo 28 sale nuestro vuelo. Por suerte, dura apenas tres horas, que después de una espera taaaan larga en Doha, se nos pasa casi sin darnos cuenta.

Sobre las 20:00 horas llegamos al aeropuerto de Ammán, capital de Jordania, donde hacemos el visado on arrival que cuesta 40 JOD por persona, alrededor de 50 euros. Seguidamente vamos hacia la salida donde hemos quedado con uno de los empleados de la agencia de alquiler de coches, ya que hemos cogido uno para movernos por el país durante estos tres días que vamos a estar visitándolo.

El primer destino que vamos a visitar es PETRA, mañana por la mañana y para estar bien pronto allí hemos cogido un hotel en Wadi Musa, campo base para visitarla. Desde Ammán hasta Wadi Musa hay aproximadamente dos horas y media casi tres horas, un viaje que hacemos de noche con la ayuda de un GPS y que nos sirve para hacer la primera toma de contacto con el país: carreteras sin fin, donde hay un coche de policía más a menudo de lo que te esperas y un número incontable de puestecillos de alimentación con una gran cantidad de luces de todos los tamaños y colores como reclamo.

Tres horas después, sobre las 12 de la noche, y tras perdernos por la Jordania más profunda gracias a la falta de actualización del GPS, llegamos a nuestro hotel en Wadi Musa. Han  pasado ya 36 horas desde que salimos de casa y por fin estamos instalados en la habitación donde nos damos una ducha y nos vamos a dormir. Estamos reventados... y Petra nos espera a primera hora de mañana.