¡Por fin! Volvemos a Bélgica. Cinco años después, decidimos ir a pasar un fin de semana. Han sido tres días de no parar, en los que hemos paseado por Brujas, Gante y Amberes.
Nuestro viaje empezó el sábado casi de madrugada, cuando cogimos el primer vuelo de Ryanair rumbo a Bruselas. A las 08:30 aterrizamos en Charleroi, desde donde cogimos un tren hacia a Brujas con trasbordo en la estación central de Bruselas. Como teníamos pensado hacer varios viajes para visitar distintas ciudades, decidimos comprar el Rail Pass, que nos cuesta poco más de 70 euros y con el que viajamos los dos estos tres días. Puede parecer caro al principio, pero a la larga, vale la pena porque consigues ahorrar unos cuantos euros. En Bruselas cambiamos de tren, y cogimos otro dirección a Brujas.
De camino, hicimos un alto en Gante, donde pasamos la mañana del sábado visitando todo el centro. Es una ciudad chulísima.
Algunas estampas de Gante:
Antes de coger el tren de vuelta a Brujas, decidimos hacer una parada para comer y aprovechamos para pedir una olla de mejillones, que estaba riquisima!
Hacia las 16.00h ya estábamos en otro tren camino a Brujas. A nuestra llegada a la ciudad, nos encontramos con un montón de gente por las calles. Nos cuentan que esta semana ha habido fiestas por aquí. Y se nota: las calles están abarrotadas y el centro está animadísimo. Como vamos cargando con las mochilas todo el día, decidimos ir al hotel a descansar un rato y a soltar las cosas. Más tarde, salimos a dar una vuelta por la ciudad y a cenar algo, no sin antes hacer una parada en uno de los puestecillos del Markt para comprar unas patatas con mayonesa. Al terminar la cena, agotados, volvimos al hotel para descansar.
Otras de Brujas...
La verdad es que es un lujo estar por aquí, esta ciudad tiene algo mágico.
Domingo:
El Domingo por la mañana nos lo tomamos con más calma, y salimos del hotel como a las 11:00h para ir a visitar Amberes, así que nos encaminamos hacia la estación y cogimos el primer tren que pasó. Pero no tuvimos mucha suerte. El trayecto se convirtió en un largo viaje de casi cuatro horas con dos inconvenientes. Una parada de casi una hora por un problema técnico en el tren, y otra parada larguísima porque alguien ha saltado a la vía... Llegamos a Amberes muy tarde, pero nos pusimos en marcha y decidimos ir a ver lo básico. En una hora y media teníamos todo el centro visto, y la verdad es que aunque tuvimos que ir con prisas, la visita valió la pena. Y hasta nos dio tiempo de tomar un gofre y un chocolate caliente en uno de los sitios que hay delante de la catedral!!
Y algunas más de Amberes...
A las 19:30 estábamos de vuelta en la estación para regresar a Brujas. Decidimos volver a esa hora para no llegar muy tarde y poder cenar algo. Aún así, como es domingo, cuando llegamos a las 21 muchos restaurantes nos dijeron que ya no servían cena, y decidimos repetir y comer una hamburguesa y unas patatas de los puestos del centro que nos llevamos al hotel.
Lunes cumpleañero:
Hoy es un día especial porque uno de nosotros cumple años!!! El día nos lo hemos tomado con calma, ha servido para pasear por el centro de Brujas y andar por rincones que hacía cinco años que no veíamos. Ha sido una mañana completa de recuerdos... Para celebrar el cumple decidimos comer en uno de los restaurantes de la Markt, donde soplamos hasta velas y pedimos un deseo.
Al terminar de comer recogemos las mochilas que hemos dejado en la consigna de la oficina de turismo del centro, la que hay en la gran plaza, y ya nos preparamos para ir hacia Charleroi, a las 21:00 sale nuestro avión de vuelta a Madrid. El fin de semana ha pasado muuuy rápido, pero lo hemos aprovechado al máximo.
¡Volveremos!
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