domingo, 17 de febrero de 2019

Levada 25 fontes, Grutas de San Vicente

Hoy también madrugamos. Bajamos a desayunar sobre las 09:00 y nos preparamos para la ruta que tenemos prevista para hoy: la levada 25 fontes. El inicio de la ruta de senderismo está relativamente cerca del hotel donde nos alojamos, montaña arriba. Llegamos en unos 20 minutos en coche. Hoy el día no acompaña en absoluto, porque no deja de llover. Pero vamos muy bien preparados, con chubasqueros, abrigos y botas así que a las 11 nos adentramos en la montaña. La ruta que hacemos hoy nos encanta. Es bosque profundo, y durante el camino vas viendo de todo, ríos, cascadas, la típica vegetación de laurisilva característica de la zona... Todo para llegar a la Cascada de las 25 fontes, que recibe este nombre por los 25 chorros que hay. Muy, muy chula.




Las levadas son uno de los puntos de atractivo turístico de la isla de Madeira. Consisten en canales de agua que transcurren por varios de los senderos con los que cuenta la isla que se construyeron en su día para llevar el agua al sur, mucho más seco y donde el suelo es más fértil, para regadío y consumo propio, desde el norte. Estas mismas levadas dan nombre a las rutas, como la que hoy hacemos de las 25 fontes.
















Fue en el siglo XVI cuando los portugueses comenzaron a construir las levadas, auténticas obras de ingeniería y, para su mantenimiento se acondicionaron los senderos. El recorrido desde el aparcamiento hasta la cascada y vuelta son 9 kilómetros, los dos primeros y los dos últimos se pueden hacer en lanzadera (bus) porque el tramo es tipo carretera, hasta que te metes de lleno en el camino del bosque. En 3 horas hacemos ida y vuelta, con varias paradas para echar fotos.

















Al acabar decidimos coger el coche e ir a comer a San Vicente, al restaurante Caravela muy cerca de las grutas que haremos después de comer. En el restaurante pedimos de todo, bolo de caco, lapas, ensalada, pez espada a la parrilla y frito con plátano. Vino blanco y café. Delicioso. 

Sobre las 16:30 cogemos el coche de nuevo y vamos a las grutas o cuevas de San Vicente. La entrada tiene un coste de 8 euros por adulto. Según nos cuenta la guía, se abrieron al público en 1996 y son una buena muestra para entender el orígen volcánico de la isla. La visita merece mucho la pena. Las cuevas cierran ahora a las 18 y la visita hay que hacerla guiada. Pasamos un buen rato.







Al salir ponemos ya rumbo al hotel. Queremos aprovechar el rato que nos quede hasta las 20:00 para bañarnos en la piscina interior del hotel. Luego vamos a buscar algo de cena y pasamos nuestras últimas horas en Madeira descansando. ¡Esto ya sí que ha tocado su fin!

sábado, 16 de febrero de 2019

Cabo Guirao, Funchal, Cámara de Lobos, Eira do Serrado, Pico de Arieiro

A las 07:30 ya estamos en pie. Bajamos a desayunar al restaurante del hotel, tipo bufé libre: dulces, bollería, embutidos, diferentes clases de zumo, cereales, huevos, salchichas, frutas... En fin un desayuno continental a lo grande. Terminamos y sobre las 09:15 cogemos el coche y vamos a nuestro primer destino previsto para hoy, el Mirador de Cabo Girao.

Las vistas de este acantilado son alucinantes, especialmente desde su plataforma transparente, una instalación que levantaron en 2012 con un suelo de cristal a través del cual puedes ver el mar a tus pies. La sensación es brutal :) Llegar a Cabo Girao es relativamente fácil, aunque nada te quita de tener que subir unas cuestas de vértigo -con el coche- que por momentos te aterran. Una vez llegas al aparcamiento de Cabo Girao hay un pequeño sendero y en 2 minutos llegas a la plataforma-mirador.




  
Cuando terminamos esta visita decidimos ir a Funchal. Queremos ver el Mercado de Lavradores y los sábados sólo están hasta las 14, así que aprovechamos ahora. Dejamos el coche en un aparcamiento de pago que hay al lado del mercado y hacemos la visita por la capital de Madeira. La primera parada, como hemos dicho, es el Mercado de Lavradores, muy cerca del mar y del Casco histórico de Funchal. El mercado se levanta cada día en una nave que se diseñó en 1937. Es pequeñito pero muy chulo, con su parte de puestos donde venden las frutas, otro con las plantas típicas de la isla, ropa, una parte de pescado, herbolarios... Aprovechamos para comprar unos cuantos maracuyás en un puesto típico donde tienen más de 10 clases de esta fruta: maracuyá de mango, de banana, de naranja, de fresa. Buenísimos!


















Desde ahí nos dirigimos al centro del casco histórico. Existe una calle en la isla de Madeira realmente peculiar. Se ubica en el casco histórico de Funchal, en la capital. Prácticamente todas sus puertas están pintadas, arte urbano elevado a la enésima potencia. Algunas las tienes que ir cazando entre las mesas de los típicos restaurantes que hay cada metro y medio, pero merece la pena rebuscar. Esta calle se llama Santa María, y si te acercas algún día por Madeira, no deberías perdértela. 




Vemos también la plaza y la Iglesia de Santa María y caminamos por el parque del teleférico, tocando al Paseo Marítimo. El teleférico te sube al Monte, lugar de distintos puntos turísticos que, por falta de tiempo, no vamos a poder ver como la Iglesia Nuestra Señora del Monte, las Quintas Jardines del Emperador y Quinta del Monte, etc. También nos vamos a quedar con las ganas de ver el Jardín Botánico de Funchal. Tendremos que volver otro año!

Plaza Santa María

Plaza Santa María


Desde este punto vamos a visitar la Catedral, que se levantó con roca volcánica y madera que abundaba en la isla y se empezó a construir en 1493 y se terminó en 1517. Luego paseamos un rato por el Paseo Marítimo, hasta que llegamos de nuevo al Mercado de Lavradores. Queremos coger ya el coche y llegar pronto a Cámara de Lobos, al restaurante Viola. Hemos visto que está muy bien para comer Espetada (lo que recibe una técnica de la cocina portuguesa que consiste en cocinar alimentos en brochetas, básicamente carnes y, a veces mezclada con cebolla o verduras, que luego se sirven colgadas) y como no tenemos reserva, queremos llegar a buena hora. Desde luego el restaurante no nos decepciona. La carne está buenísima, y la acompañamos con ensalada, patatas fritas, bolo do caco y milho frito, unos tacos de maíz deliciosos. Vino, cerveza y agua y de postre café y un puding de maracuyá. Todo por 34€. Merece la pena acercarse hasta aquí.



Aprovechando que estamos aquí decidimos acercarnos a Cámara de Lobos, un municipio de alrededor de 34.000 habitantes, a ver el Mirador de Churchill, un pequeño rinconcito con vistas a la bahía donde pasó largos ratos el ex primer ministro británico y años más tarde se le dedicó este rincón en su honor, y una placa así lo recuerda al visitante.





De ahí ponemos rumbo al Pico Eira do Serrado a 1.095 metros de altitud. Desde ahí hay unas vistas impresionantes al Valle donde se encuentra la pedanía de Curral das Feiras. De nuevo carretera de curvas y cuestas infinitas, pero merece la pena por sus vistas. Desde el aparcamiento hasta la cima tardas unos 10 minutos y el trayecto es bastante fácil, aunque tiene algunos escalones que no entrañan dificultad ninguna. Sobre las 16:30 dejamos Eira do Serrado y vamos a visitar nuestro último punto del día, el Pico de Arieiro, no sin antes subir alguna que otra cuesta criminal con el coche!

Eira do Serrado

Eira do Serrado

Eira do Serrado














El Pico de Arieiro, a 1.818 metros, es el tercer pico más alto de Madeira. Es un buen punto para ver una gran variedad de formaciones rocosas que originaron las distintas sacudidas volcánicas que padeció la isla en su creación. Para quien le guste el senderismo hay la opción de ir desde aquí caminando al Pico Ruivo en unas dos horas de trayecto de ida y otras dos de vuelta. A nosotros nos ha quedado pendiente, pero tiene que ser una ruta chulísima. Son ya casi las 18 así que decidimos ir volviendo al hotel, queremos parar en el super a comprar algo para la cena.

Pico de Arieiro

Pico de Arieiro

Pico de Arieiro

Pico de Arieiro

Pico de Arieiro


GASTOS DEL DÍA 

- 1,5€ Botella de agua 
- 12,75€ Maracuyás 
- 34,30€ Espetada y varios restaurante Viola 
- 0,30 € postal 
- 13,63€ Super Pingo Doce

viernes, 15 de febrero de 2019

Madeira

Hoy nos levantamos a las 5:15 de la mañana. Hemos quedado con el taxi para que nos recoja a las 5:45. Nuestro vuelo a Lisboa sale a las 7:30 y queremos estar en el aeropuerto una hora antes. En Lisboa, donde llegamos en poco más de una hora desde Madrid, tenemos una escala de 60 minutos aproximadamente; a las 9:15 salimos hacia Funchal, la capital de la isla de Madeira, donde llegamos en un vuelo de hora y media.

Nada más llegar al aeropuerto de Madeira Cristiano Ronaldo (en honor al futbolista, que nació en la isla) tenemos una sensación de vacaciones increíble. La temperatura es muy agradable aunque estamos en pleno febrero y ver el mar es otro mundo. Para estos cuatro días que vamos a estar por aquí hemos alquilado un coche que recogemos en el mismo aeropuerto. Y como queremos aprovechar bien los días, en lugar de ir directamente al hotel, decidimos acercarnos a Santana, a una media horita del aeropuerto.

Madeira es naturaleza en estado puro. La isla de los plataneros, los picos y los acantilados.

Enseguida nos damos cuenta de que Madeira es naturaleza en estado puro. La isla de los plataneros, los picos y los acantilados. Todo es agua y verde, casas en las laderas de las montañas, infinitos túneles escarbados en esas mismas montañas para facilitar la vida a los locales -y al turismo-... impresionante. 

En Santana hacemos una parada inicial para comer en el restaurante Serra e mar, a 5 minutos de las casitas típicas de la localidad. Comemos un bolo de caco de entrante (un pan untando con mantequilla y ligero sabor a ajo que se sirve caliente y está delicioso). Pedimos también bacalao a la parrilla y cerdo troceado y salteado con chorizo. Todo delicioso. Y de postre mousse de Maracuyá. 

A la salida nos acercamos a ver las típicas casitas de Santana, de forma triangular y con su característico tejado de paja. Ahora sirven como tiendas, donde se venden productos regionales, o como puntos de información turística. Se ubican justo al lado del ayuntamiento de la localidad. Antaño, en la parte alta de estas casas se guardaban los productos agrícolas. Vemos también su iglesia.

















Seguidamente cogemos el coche y ponemos rumbo al pico Ruivo, a solo 15 km de donde estamos. El Pico Ruivo es el más elevado de la isla, con sus 1.862 metros y la tercera montaña más alta de Portugal. Pero el tiempo no nos acompaña y empieza a llover y a soplar un viento muy fuerte. A pesar de que lo intentamos y llegamos hasta el aparcamiento, desde donde dejas el coche hasta la cima hay que andar como hora y media, y creemos que en esas condiciones no merece la pena. Así que cogemos el coche de vuelta y decidimos ir a ver la Punta de Sao Lourenço, a unos 40 minutos.

En poco que bajamos del pico y volvemos a Santana vuelve a lucir un sol alucinante. En la punta de San Lorenzo hay opción de hacer una ruta de unas dos horas, pero ya son las 5 y pico y anochece antes de las 7, así que solo nos adentramos un tramo, que nos encanta, tomamos unas fotos y volvemos al coche. La peque ya está agotada -y nosotros también que llevamos muchas horas sin parar y todavía no hemos pasado por el hotel-, así que decidimos ir ya a descansar.




Nos hospedamos en una zona de la isla llamada Calheta, en el hotel Savoy Sacchorum, muy chulo. Llegamos, soltamos las maletas, vamos a hacer una mini compra en un super cercano porque vamos a cenar en el hotel y ya nos quedamos ahí descansando.

GASTOS DEL DÍA

- 30 € taxi al aeropuerto
- 34,10 € comida Santana
- 24,13€ Super Pingo Doce