jueves, 18 de julio de 2013

Día 4. Mandalay (18/07/13)

Llegamos a Mandalay, destrozados. Literalmente. Así que la mañana nos la tomamos con calma.

Tras un descanso, salimos a dar una vuelta para ver los principales sitios de interés de la ciudad, pero muy cerca del hotel, alrededor de la torre del reloj, nos para un mototaxi que nos propone ir al MANDALAY HILL. Como esta tarde no llevábamos un rumbo fijo, decidimos aceptar y nos encaminamos hacia la famosa colina, donde nos acercan por unos 3.000 MMK ida y vuelta por persona.


Torre del reloj
Subir es todo un reto, aunque las vistas valen mucho la pena. Son un sinfin de escalones entre los cuales te vas encontrando con puestecillos de agua, tiendas y numerosas imágenes de Buda. Al llegar a la cima, las vistas de la ciudad son impresionantes. Vale la pena subir al atardecer y tomarte con calma el rato que estás arriba. Nosotros incluso aprovechamos para tumbarnos un rato en el suelo, que está increíblemente limpio. Ah, la entrada es gratuita, pero cobran 1.000 MMK por cámara.

Casi en la cima de la colina
Una de las mil imágenes de la colina
Pequeña con tanaka en la cara
Los más peques en la colina de Mandalay 
Vistas desde lo alto de la colina de Mandalay


Al bajar, contamos por encima los escalones que nos ha tocado subir y ¡descalzos! Han sido unos 934...

De regreso, decidimos ir a cenar algo a lado del hotel. El restaurante está bastante bien, se llama MANN y es un punto de encuentro entre los extranjeros que visitan Mandalay. De vuelta al hotel, nos conectamos un rato a Internet y a dormir. ¡Mañana más!

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