La primera parada del día de hoy es Bad Bildwad, un paraíso para los niños (y los adultos) en el que podemos contemplar la selva negra en todo su esplendor. Lo más característico del lugar es la llamada Baumwipfelpfad, una estructura de madera, en forma de caracol que asciende hasta el cielo, con unas vistas del vasto bosque que son impresionantes. Dejamos el coche en el aparcamiento más alto, antes de entrar al bosque.
Para llegar hasta ahí puedes subir en funicular, desde el pueblo de Bad Wildbad, o subir el coche hasta el aparcamiento que hay y de ahí tomar un sendero muy agradable hasta la caseta donde se compran las entradas para acceder al recinto. Una vez llegados a la caseta, a unos 5-10 minutos del aparcamiento de pago (en función del tiempo que estés), tienes que comprar una entrada para acceder a la estructura de madera y contemplar las vistas.
Hay distintas opciones en función de las personas que seáis, descuentos para familias... Nosotros pagamos 29 euros dos adultos y dos niños. Desde la caseta hasta la estructura propiamente dicha hay un paseo a lo largo de una pasarela de madera en la que andas por encima de los árboles, pudiendo contemplar el paisaje mientras, en distintas paradas, los niños pueden ir realizando pruebas y aprendiendo sobre la fauna y flora del lugar.
Llegados a la estructura de caracol se puede acceder hasta la cima y contemplar las maravillosas vistas. Para bajar tienes dos opciones: deshacer el caracol andando o bajar por un tobogán, también de caracol, cerrado, toda una auténtica atracción. Eso si, cuesta dos euros, por persona, pero merece la pena la diversión. Los menores de 6 años deben bajar con un adulto.
Además de la estructura de madera de caracol, hay un parque infantil con varias atracciones, con una colchoneta gigante, una tirolina... aunque la entrada hay que pagarla aparte.
Nosotros no entramos y ponemos rumbo de vuelta al coche a través de un camino acondicionado que atraviesa el bosque, una vuelta fácil y chula para hacer una caminata. Regresamos directos, aunque por la zona, si os apetece, encontraréis varias rutas de senderismo.
Nuestra siguiente parada es Calw, conocido por ser la cuna de Hermann Hesse (1877-1962), el escritor y poeta que fue galardonado con el Nobel de Literatura de 1946.
Calw es, en nuestra opinión, parada obligatoria. Calw no tiene nada y lo tiene todo. A orillas del rio Nagold, su plaza del mercado, con las casas típicas, es una auténtica maravilla. Aunque la ciudad es, en esencia, Hermann Hesse, pasear entre sus cuatro calles es todo un espectáculo.
Dejamos el coche en el aparcamiento céntrico de Parkhaus Calwer Markt, de pago, aunque hay otro al aire libre y alguno gratuito.
Calw se encuentra situado a unos 50 km de Baden- Wuerttemberg y de Stuttgart, y forma la puerta de entrada al Parque Natural de la Selva Negra Norte / Central. los orígenes de la ciudad se remontan al sigo XI, pero las primeras huellas de presencia humana se remontan al 8.000 AC.
En la Edad Media Calw fue una importante ciudad comercial, especialmente de telas y cuero. Durante la edad media fue un importante emplazamiento comercial -y económico- de materias como la madera, la sal o el textil.
Siete son los principales puntos históricos que ver en esta ciudad que posee un encanto especial. Los edificios con entramados de madera están por todas partes, y le dan al lugar un colorido especial.
1) Puente y Capilla de San Nicolás: Símbolo de la ciudad, según la guía oficial, es el puente de piedra más antiguo construido sobre el río Nagold. En medio del puente encontramos la capilla que recibe el mismo nombre, levantada en 1400 y renovada en dos ocasiones, 1863 y 1929. A su lado, una imponente escultura de Hermann Hesse controla todo el que cruza el puente.
2) Casa Natural de Hermann Hesse: El Nobel de Literatura nació en este edificio en 1877, en el apartamento del segundo piso. Este mismo edificio fue la oficina de negocios de Emil Dreiss, que comerciaba con ultramarinos. En 1882 pasó a ser la sede de la empresa textil Traugott Schile y cambió de manos en un par de ocasiones más. Hoy alberga la casa de modas Schaber.
3) Iglesia de la ciudad: Se habló por primera vez de ella en 1262. Reconstruida en varias ocasiones, su estructura actual data de 1888.
4) Georgenäum: Lugar para celebrar la cultura en general. Es un imponente edificio de uso público para varios eventos.
5) Cajón de la sal: Fue construido en 1969. En 1722 se le pasó a llamar Casa de la Sal, cuyo comercio era un auténtico privilegio. En este lugar se guardaba el que en su momento era llamado el oro blanco, la sal, porque comerciar con ella era un auténtico lujo.
6) Ayuntamiento: En la Marktplatz, se levantó en 1454. Destruido en 1634, se reconstruyó en 1672. Fue destruido de nuevo en 1692 y reconstruido hasta lo que es en la actualidad entre 1726 y 1730. La fachada se renovó en 1929. Las figuras, reza la guía oficial, simbolizan las tres tareas más importantes de la ciudad en relación con sus habitantes: caballero--> protección y justicia; el árbol que se planta --> el arraigo y el florecer de la comunidad; y la madre con los hijos --> el cuidado y la ayuda a los necesitados.
En los arcos de la planta baja del ayuntamiento se encontraba el mercado de la ciudad, con mayoría de carniceros y panaderos.
7) Restos de las murallas: Los primeros registros de la muralla datan de 1523.
Detrás del Georgenäum se puede pasear por el Jardín de la Literatura, y si tienes algo más de tiempo ir a los museos como el de Hermann Hesse, el de la ciudad o el de la curtiduría.
Y aquí acaba nuestra visita a Calw. Nos alegramos de haber venido.
Gastos del día
- Parquing Bad Wildbad: 5 euros
- Entrada Baumwipfelpfad: 29 euros
- Comida Calw Ratsstube restaurante: 60,40 euros
- Bebidas Calw: 10,10
- Parquing Calw: 3 euros
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